Gracias a Pedro, Antonio y todo el equipo de limpieza que le han echado muchas horas, los trabajos interiores para recibir a los alumnos se ultimaron el viernes, a primera hora.
Quedaba un problema: parecía claro que el Ayuntamiento no podría ocuparse de habilitar las aceras en el perímetro exterior. Y nos lanzamos al ataque. Muchos padres, impacientes, ya lo habían propuesto.
Ha sido una experiencia magnífica: un trabajo en equipo y en familia. Los niños con sus cubos y palas de plástico; los adultos doblando cintura con azadas, rasquetas, cepillos y palas. Todos a una, en esta soleada mañana de domingo, hemos despejado unos 300 metros de acera en el perímetro del colegio, más el acceso hacia los pasos de peatones y la explanada ante la puerta de 5 años.
Y como estábamos en racha, capitaneados por varias profesoras, hemos despejado también todo el espacio del patio de infantil. Así los peques podrán corretear a sus anchas.
Muchas gracias a todos por vuestra colaboración.